El mundo de los emuladores de videojuegos ha sido sacudido por un acuerdo sin precedentes entre Nintendo y Tropical Haze, el desarrollador del emulador de Switch de código abierto conocido como Yuzu. Este acuerdo surge como respuesta a una demanda reciente presentada por Nintendo, en la que la compañía alegaba que el emulador facilitaba la piratería a gran escala.
Según Nintendo, Yuzu ha sido utilizado para descargar ilegalmente más de 1 millón de copias de juegos como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom antes de su lanzamiento oficial. La demanda buscaba no solo retribución por daños, sino también el cierre del emulador.
Tras un breve periodo en el que Tropic Haze anunció que respondería a la demanda dentro de los 60 días, recientemente se confirmó que ambas partes han llegado a un acuerdo. Este acuerdo, pendiente de aprobación final por parte del tribunal, implica que Tropical Haze pagará a Nintendo la suma de $2.4 millones.
Además del pago, Tropical Haze deberá cumplir con una orden judicial permanente que prohíbe cualquier actividad relacionada con Yuzu y su código fuente, así como cualquier otro software o dispositivo que pueda eludir las medidas de protección técnica de Nintendo. Esto incluye la retirada del emulador Citra, utilizado para la consola 3DS. Tropical Haze también deberá ceder el control de sus dominios web y sus creadores se comprometen a no formar nuevas entidades o asociaciones para desarrollar software de emulación similar en el futuro.
En respuesta a estos eventos, Tropical Haze emitió un comunicado en su servidor de Discord, anunciando el cese inmediato de Yuzu y Citra. Expresaron su decepción por el uso de su software para la piratería y afirmaron que su intención nunca fue promoverla. Este acuerdo es solo el último de una serie de victorias legales para Nintendo, que ha demostrado ser especialmente riguroso en la defensa de sus propiedades intelectuales. Casos anteriores, como el de Gary Bowser en 2022 y el de un matrimonio en Arizona en 2018, muestran la determinación de la compañía en combatir la piratería y proteger sus derechos de autor y marcas comerciales.
El cierre de Yuzu marca el fin de una era para los aficionados a los emuladores de Switch, pero también subraya la importancia de respetar los derechos de propiedad intelectual en la industria del entretenimiento digital.
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